La violencia que vive México no es un secreto; por el contrario, el sufrimiento que vive el pueblo Mexicano es un grito que retumba en todos los rincones del planeta. La guerra de los carteles por el control territorial y las rutas del narcotráfico han acabado con la tranquilidad de un país que a diario clama por la paz en su territorio; los altos niveles de corrupción que han sido denunciados alimentan las sauces de mafias que intentan tomar el poder por la vía del terror y la actual discriminación recibida por el nuevo inquilino de la casa blanca pone al país en la mira de los irracionales que están llegando al poder. Todas, penas que el país no merece vivir.
La tragedia del BPM empañó el cierre de un festival que se posicionó en el mirador internacional. En la última noche de su décimo aniversario, se abrió fuego a las afueras de la famosa discoteca Blue Parrot silenciando los sonidos de la música más bella del mundo.
La industria de la música electrónica se tiñó de negro, de luto. La música electrónica es mensajera de armonía y amor y no son pocos los grandes festivales que así lo demuestran, la naturaleza de ella proviene de mensajes de absoluta diversidad y empatía contrarios a lo vivido en Playa del Carmen; es por eso que los autores de la masacre no hacen parte de quienes hacen de la música electrónica una realidad.
Desde estas líneas reclamo las mayores penas para los violentos, no merecen más que vivir sus días tras las rejas. El BPM deberá continuar indefinidamente pues el bello mensaje de la música se expresa en el baile y la eterna sonrisa de los que bailamos con ella.
Oscar Cuervo A.
